Próximamente llegará la primavera y para ello, Fendi seduce con sus nuevas propuestas en diseño. En ella se recrea un catalizador para la introspección tranquila: en la ventana o en el jardín, viendo pasar el mundo.
Elementos de creación
Desde el interior mirando hacia fuera, y desde el exterior mirando hacia dentro, las sombras y los reflejos se proyectan en las colecciones. La intimidad se abstrae a través de señales de la vida doméstica: un ajuar de historias desempaquetadas y desplegadas en un tejido de lo precioso y lo sencillo. La pureza del lino es vital: romance con algodón, plumas, pieles y edredones, evoca imágenes de ropa de cama y vajillas bordadas, recuerdos maternos transmitidos de madre a hijo. Una paleta de lino respira tonos naturales de trigo, leche y miel en medio de reflejos de azul cielo y rojo cardenal, mientras el blanco y negro cinematográfico brilla como focos proyectados sobre tela. Las ventanas, metafóricas y físicas, son un leitmotiv impreso en las prendas en un juego de transparencia y textura.
Al mismo tiempo, las colección presenta el acolchado de satén boutis hasta las incrustaciones lineales del trabajo de escalera de jour d’echelle y los adornos de flores de ajouré que exponen la piel para crear capas de luz y sombra. Las estructuras formales se suavizan: las espaldas de los abrigos y las mangas de las camisas se desabotonan, los detalles a medida están «grabados» en prendas de punto trampantojo, y los abrigos bordados y las túnicas acampanadas elevan las comodidades del hogar.
Ligereza y profundidad se entremezclan en ropa de cama con estampado de flores descoloridas y pieles de celosía, o en la intrincada mano de obra de los vestidos delantal en seda duquesa, tul bordado y gazar. Reconociendo la gravedad de un momento, la ropa cuenta historias del rigor de la artesanía italiana y la emoción de nuestra experiencia universal: la mano de obra de la marca de lujo aplicada en circunstancias surrealistas.