Las montañas son un ecosistema vital para la existencia de la vida en la Tierra, pues aportan cerca del 80% del agua dulce y poseen una cuarta parte de la biodiversidad terrestre. Por ello, cada 11 de diciembre se conmemora el Día Internacional de las Montañas, una fecha que la Organización de las Naciones Unidas estableció para dar visibilidad a las problemáticas que actualmente enfrentan estos sitios.
Además, los lugares montañosos tienen una relevante participación en el sector turístico, al atraer del 15 al 20% de turistas a nivel mundial. En México contamos con un destacado número de sierras y cadenas montañosas que albergan ecosistemas únicos, donde habitan comunidades indígenas con valiosas tradiciones, costumbres e idiomas.
Para conocer estos lugares y practicar el turismo de manera sustentable, ClickBus, platafo
1. Pico de Orizaba. Con una elevación de 5,640 metros sobre el nivel del mar, ésta es la montaña más alta de México y se localiza en el estado de Veracruz. El clima es generalmente frío y en algunas temporadas llega a ser muy lluvioso, lo que genera un ambiente húmedo, pero que los turistas disfrutan por su tranquilidad. Además, en este sitio tienen origen tres grandes cuencas: la del Río Jampa, la del Río Papaloapan y la Cuenca Endorreica de Oriental.
La flora y fauna que encontrarás en las faldas de este majestuoso volcán son características de la región de Veracruz, como pino negro, fresnos, conejos, lagartijas espinosas, entre otras especies. Si deseas visitarlo lo mejor es llegar a la ciudad de Orizaba, la cual tiene una gran oferta turística, incluyendo el Palacio de Hierro, el Parque Eco y un teleférico.
2. Monte Tláloc. Entre los límites de Texcoco e Ixtapaluca se encuentra este monte que alguna vez fue un volcán, y que está a 4,120 metros sobre el nivel del mar, lo cual lo hace la novena montaña más alta del país. En él predominan los pinos, oyameles y encinos que conforman un área boscosa llena de magia.
Además, en la cima encontrarás una zona arqueológica construida en honor a Tláloc, el dios de la lluvia. Sin embargo, el fenómeno más sorprendente que ocurre en este lugar lo podrás observar durante la segunda semana del mes de febrero, cuando las montañas de La Malinche, El Pico de Orizaba y la Sierra Negra se unen para crear el efecto visual de un monte fantasma que atrae a miles de personas año con año.
3. Popocatépetl e Iztaccíhuatl. La leyenda del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, que muestra una historia de amor entre un guerrero y una princesa que termina en tragedia para ella, quien fallece de tristeza por la supuesta muerte de su amado y él descansa arrodillado por la eternidad velando su descanso mientras se cubren de nieve, es una de las más representativas de México. Estos son la segunda y tercera montaña más altas en el país y forman parte de las 40 mil hectáreas protegidas de flora y fauna del Parque Nacional Izta-Popo.
Si te gusta el senderismo este es un buen lugar para practicarlo, pues las rutas están señalizadas para evitar el riesgo de perderse en la zona. Además, cerca del Paso de Cortés, una de las entradas al parque, hay actividades para toda la familia, como una tirolesa, renta de cuatrimotos y paseos por las cascadas.
4. Cerro del Cubilete. A 20 kilómetros de Silao en Guanajuato se encuentra este cerro que tiene una altura de 2,579 metros sobre el nivel del mar. A pesar de no se tan alto como otros, se caracteriza por tener en la cima una escultura de Cristo Rey, con una altura de 20 metros y un peso de 80 toneladas, lo que lo convierte en un punto atractivo para las peregrinaciones locales y nacionales.
La fecha cuando más se visita este sitio es el 21 de noviembre, debido a la fiesta de Cristo Rey; además de contar con una vista imponente del Bajío mexicano, cuenta con un museo que reúne fotografías, documentos y objetos de la época en la que se desarrolló la Guerra Cristera.
5. Barrancas del Cobre. En el corazón de la Sierra Tarahumara podrás encontrar un paraíso en tonos cobrizos, se trata de un sistema conformado por siete barrancas cuatro veces más grandes que las del Gran Cañón, en Arizona, y que son hogar de la comunidad Rarámuri. La mejor forma de visitarlas es a bordo del tren Chepe, el cual atraviesa las montañas por túneles y puentes, y se considera una de las mejores atracciones de la zona de Chihuahua.
Las tonalidades que podrás apreciar en las Barrancas del Cobre son un gran llamativo, así como las actividades para realizar ahí, como acampar, visitar los miradores. practicar tirolesa, visitar las cascadas o pasear por los poblados aledaños.
6. Peña de Bernal. Considerado como el tercer monolito más grande del mundo, esta peña tiene sus orígenes en un volcán que se cree agotó su actividad y la lava en su interior se solidificó. Tiene una altitud de 2,515 metros y se localiza en el estado de Querétaro, dentro del pueblo mágico de Bernal. Subir este monte puede ser sencillo al inicio, pero los últimos 45 metros son verticales y se requiere de equipo especial.
Para los antiguos Chichimecas este sitio era un “cerro sagrado”, por lo cual cuando los españoles colonizaron la zona se colocó un lugar de adoración para los nativos mexicanos, cerca de la cima, misma que aún es visitada cada 4 de mayo por cientos de turistas interesados en el misticismo del lugar.
Los destinos de montaña sin duda alguna ayudan a tener una conexión especial con la naturaleza. Es importante que, en tu aventura, lleves el equipo necesario para que sea más cómoda, como suficiente agua y ropa especial que se adapte a la temperatura del sitio visitado. En cualquier caso, es importante que durante tu visita mantengas las reservas naturales en perfectas condiciones, para así contribuir a la conservación de la biodiversidad.