Mejor actitud

¿No eres muy activa en tu rutina diaria? La realidad es que no es difícil empezar pero el problema empieza al intentar hacerlo de forma constante para que se convierta en un hábito.

En más de las veces el entusiasmo inicial disminuye y la energía se va consumiendo en pretextos para evadirlo y enfocarnos en otras cosas que den resultados más rápidos.

El ejercicio repercute en todas las áreas de tu vida. El chiste es mantener el enfoque  para que logres sentirte bien y como consecuencia, verte saludable. Tan solo requieres un entrenamiento de media hora para mantener una rutina de actividad física, lo que corresponde a menos del 2% de tu tiempo.

Lo primero es seleccionar adecuadamente el gimnasio que te motive a ir. Existen protocolos de sanidad en todos los que abrieron ya. Relacionarte te traerá mejores beneficios ya que te sentirás en un buen ambiente y con motivación, además de que debe permitirte tener la disciplina con la que deseas entrenar.  Por supuesto, ayuda seleccionar la ropa y accesorios adecuados con el que te sientas cómodo y que te permita tener un mejor desempeño al ejercitarte.

Además de construir un cuerpo fuerte, apuntalas la fuerza de voluntad, lo que te ayudará a mejorar la autoestima y sentirte más seguro en todo lo que realices.

Más fuerte

Tu mente se fortalecerá aún después de trabajar todo el día, el ejercicio ayudará a que puedas tener mayor lucidez y voluntad.  El impulso genera mejoras que pueden notarse en una disminución al fumar, beber menos alcohol o cafeína y no consumir tantos carbohidratos y comida procesada.

Define el ejercicio que deseas practicar y empieza con lo más fácil. Pon la fecha y hora en la que lo empezarás. Inclúyelo en tu agenda del día y procura que sea un compromiso para que llegues a tiempo y puedas entrenar sin preocupaciones. Empieza de menos a más y fija metas acordes al nivel que te encuentras y con base a un periodo congruente con el esfuerzo que pones al entrenar.

Piensa en una recompensa inmediata después del entrenamiento, será una motivación para no dejar de ejercitarse. Ese premio puede ser una ducha tibia que te relaje, hidratarte con agua fría o escuchar la música que te gusta o comer alguna fruta.

Y para continuar ejercitándote usa tus apps para que te motiven. Sea un recordatorio o una cadena de metas online, con la que puedas registrar tu constancia en el ejercicio.  Evalúa tu desempeño y no rompas la disciplina. Los beneficios son acumulativos y tú y los demás, notarán la diferencia.