Al terminar la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la esencia decorativa del Art Nouveau, asociada mayormente a la naturaleza, comenzó a perder vigencia y fue sustituida por trazos más simples y de menor costo apostando por los diseños industriales. Hacia los años veinte esa tendencia se concretaría en una nueva etiqueta denominativa: Art Déco. Las formas sencillas y bien marcadas, los ornamentos geométricos y la estilización de las figuras comunes fueron algunos rasgos característicos de ese estilo que lograron su representación máxima en la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industrias Modernas en París en 1925. A partir de aquel evento, éste que fue el último gran estilo decorativo, inundó los grandes almacenes consiguiendo que los ciudadanos pudieran tener acceso a objetos y productos de líneas rectas que representaban el umbral de la modernidad. El Art Déco influyó también en la arquitectura, la decoración, las artes aplicadas y por supuesto en la moda. Este primer núcleo de la exposición busca mostrar a través de diversos objetos cómo este estilo se hizo parte cotidiana de los hogares del mundo y contribuyó a la estilización de la moda y sus accesorios. Objetos de cocina, cristalería, moda, accesorios y gráficos marcaron el momento en el que la economía del diseño, directamente relacionada con la era maquinista y la búsqueda de un funcionalismo, permitió imaginar un mundo nuevo, moderno y más eficiente.
Estilo decorativo
Las décadas de 1920 y 1930 marcaron una gran expansión en la Ciudad de México debido a la reactivación de la economía tras la Revolución. La clase media tuvo un importante crecimiento y con ella una clara penetración del Art Déco en la vida cotidiana de sus habitantes. Las grandes tiendas como El Palacio de Hierro importaron una buena cantidad de prendas y objetos asociados con el Art Déco con el objetivo de seguir los estilos y tendencias internacionales. Sin embargo, grupos de diseñadores, arquitectos y productores, buscaron darle a este estilo decorativo una expresión local, motivados por el proyecto oficialista de construcción de identidad nacional asociado al pasado indígena. Así, entre 1920 y 1940 era común encontrar objetos con motivos neoprehispánicos, pero en líneas puras y rectas, asociadas a la estructura básica del Art Déco. Este segundo núcleo de la exposición muestra algunos de los objetos que emanaron del revivalismo prehispánico y que pudieran describirse como un “Déco mexicano”, así como objetos y productos internacionales que se ofertaron al mercado mexicano y que se promovían con diseños y motivos Déco.
Una muestra de arte
El Palacio de Hierro Centro presenta la exposición temporal: El Glamoroso Art Déco, la cual busca hacer una revisión de esta corriente artística a través de dos núcleos temáticos, explorando cómo alcanzó un destacado protagonismo en México y en el mundo. Con objetos originales procedentes de colecciones particulares de arte y diseño, la muestra invita a los clientes de El Palacio de Hierro a pensar en el pasado decorativo e imaginar la belleza de los objetos que eran parte de la vida cotidiana.
Durante los dos meses de la exposición, El Palacio de Hierro ofrecerá a sus visitantes además, una pop up store, dentro del espacio museográfico con una cuidada curaduría de objetos de casa, moda y accesorios que representan la estética de este extraordinario movimiento. Igualmente, el restaurante ubicado al lado de la exposición y su tienda, alojará los días sábados de 17:00 a 18:00 hrs una serie de ocho charlas de 45 minutos, con contenido ad hoc a la época y temática de la propia exposición.