Para este cierre de año, la temporada evoca a celebración, familia, festejo, ponche, regalos, entre otras cosas. En estas fechas, parte del presupuesto se destina a gastos por impulso o emoción del momento, dejando al descubierto a la personalidad derrochadora de muchos mexicanos que dejan la consciencia y la planeación a un lado y dan paso a esa sensación de que el dinero no es suficiente.
No obstante, hay un punto donde esa sensación comienza a generar problemas en distintos ámbitos de la vida y se le conoce como estrés financiero. En México una persona con este tipo de estrés pasa alrededor de 13 horas al mes pensando en sus problemas económicos y es que cuatro de cada 10 mexicanos admite que la mayor parte de su sueldo está destinado al pago de deudas.
Dicho estrés se caracteriza por ansiedad y tensión nerviosa permanente en los trabajadores, lo que genera un impacto negativo en su rendimiento, productividad y estabilidad laboral. Tan solo en América Latina el 76 por ciento de los empleados son afectados por esta inseguridad financiera.
¿Cómo saber si se está en una situación de estrés financiero? Si el diagnóstico resulta afirmativo, hay opciones para hacerle frente; es importante resaltar que, si se responde que sí a dos o más de las siguientes situaciones, es claro que el estrés financiero se ha hecho presente:
- Restricción de gastos: es normal que una fracción de los ingresos se destine a los pagos de la cuenta corriente como la renta, luz, agua, entre otros y ese dinero sea intocable; sin embargo, es preocupante cuando los gastos se restringen de forma total, es decir, ya no se quiere gastar ni en un desayuno modesto o una salir ocasionalmente con un ser querido.
- Contar hasta los centavos: se llega al punto de contar hasta las monedas de 50 centavos para completar los pasajes, porque ya se llegó a un punto que no está alcanzado el presupuesto.
- ¡No sé qué hice con mi quincena!: seguramente esta frase es muy familiar porque pasa que se realizó el depósito de la quincena, pero en cuestión de tres o cuatro días el dinero se ha agotado, ¿qué está pasando? Evidentemente hay una muy mala administración financiera y esto generará estrés y preocupación, ya que el sueldo se está destinando al pago de deudas y a otros gastos no planeados.
- De ahorro ni hablamos: de la mano de lo anterior, si los gastos no permiten el ahorro, ese es el semáforo en rojo que se necesitaba para afirmar que hay estrés financiero. Ahorrar va más allá de ser una actividad, es un hábito que traerá más beneficios a la larga, autonomía y solvencia económica.
- Las casas de empeño hacen “ojitos”: si las casas de empeño ya se consideran como opción, es el momento de que pensarlo dos veces y mejor acudir a una institución que pueda brindarte apoyo económico como un préstamo vía nómina, adelanto de la quincena o alguna otra opción que se ajuste a la situación de estrés financiero que se esté padeciendo.
Una vez realizado el diagnóstico de estrés financiero, es importante tomar cartas en el asunto y no esperar a que la cuesta de enero haga más profunda esta situación. Existen instituciones que pueden apoyar brindando herramientas de financiamiento como lo son los créditos que ayuden a salir de este bache económico.