Enfoque mental

En la actualidad una de las afecciones cerebrales más graves, complejas y costosas de tratar es el infarto cerebral, que según el Instituto de Neurología, Neurocirugía y Enfermedad Cerebrovascular, I.A.P (INNECeV) ocurre en México a 1 de cada 4 personas. La incidencia de infarto cerebral en México representa un costo de atención de alrededor de 5.6 miles de millones de pesos a nivel nacional.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) el infarto cerebral es la primera causa de discapacidad adquirida y la séptima causa de muerte más frecuente en el país.

 

Como medida de prevención a un infarto cerebral todas las personas mayores de 60 años deben realizarse anualmente estudios clínicos como electrocardiograma, ecocardiograma, ultrasonido Doppler carotídeo, glucosa y perfil lipídico, lo que representa un costo de entre 6 y 7 mil pesos en laboratorios clínicos privados.

 

Si bien este costo puede ser alto para la mayoría de la población mexicana, el no seguir estas medidas preventivas puede derivar en gastos posteriores de entre 400 y 800 mil pesos, que es el costo del tratamiento médico privado de urgencia para un infarto cerebral. Entre los factores que aumentan la probabilidad de sufrir un ECV están la hipertensión, diabetes y tabaquismo.

Signo vital

 

“La estrategia más eficiente para salvar vidas a nivel nacional es que los mexicanos de todas las edades aprendamos la técnica Camaleón para identificar los signos que hacen evidente un infarto cerebral: cara colgada o parálisis facial, mano pesada o incapacidad para mover uno de los brazos, lengua trabada o dificultad al hablar; o que nos indica que es urgente tomar acción y llamar al 911 o llevar al paciente a la sala de urgencias del hospital más cercano” puntualiza el doctor Padilla, especialista en cirugía cerebrovascular por la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

El infarto cerebral es una urgencia médica en la que cada minuto cuenta, pues la ventana para salvar la vida del paciente no supera el par de horas; de ahí la importancia que tiene el que la población pueda reaccionar con rapidez.

 

Cualquier adulto puede sufrir un infarto cerebral a lo largo de su vida, sin importar edad, género o condición: una madre, un padre, un amigo, un compañero, un ser querido.

El infarto cerebral es una grave problemática de salud pública en México; el cual es posible atender con medidas adecuadas de información, prevención y atención, la más importante de ellas es brindar a la población información médica puntual y accesible que les permita conocer los factores que ponen sus vidas en riesgo.