Axe Majeur, cerca de París, transforma un paseo en un sueño fantástico. Una escultura concebida como una utopía hermosa por un artista humanista, Dani Karavan, cuyas obras llenas de compasión y paz, se encuentran ubicadas por todo el mundo. Una arquitectura de reconciliación, donde el agua, la luz, el viento, la arena, el concreto, la roca y el acero crean una acertada relación entre la naturaleza, el espacio y el tiempo.
A través de su colección Cruise 2022, Louis Vuitton se adentra en esta geometría singular, desde la “Ile Astronomique” hasta “Le Douze Colonnes” y “Le Jardin des Droits de l’Homme”, culminando en “La Passerelle”, abriendo tantos portales imaginarios para atravesar la atmósfera como sea necesario y, – ¿por qué no? – tocar el infinito.
Se trata de una colección de atuendos orgullosos, positivos, que avanza hacia delante, de forma serena. Son la imagen de la armonía dentro de un ambiente que está tan cerca y al mismo tiempo, tan lejos, sin límites y abierto a la aventura. Lo único que se necesita es el más hermoso de los pasaportes: la creación. Como siempre, es ilimitada y libre. En la pasarela, destacaron los vestidos globo en diversas tonalidades como el verde abeto, rojo fuego y azul cobalto. Una clara influencia del babydoll en las siluetas que se conjuga con detalles deportivos. Los prints son artísticos. Los hombros se convierten en protagónicos en el look. Se acentúa la figura, con mangas cortas y totalmente femeninas. Una gran propuesta de Luis Vuitton para la mujer contemporánea.