Hablando “al chile” la gastronomía mexicana es una de las más variadas y más deliciosas de todo el mundo. No por nada muchos extranjeros al visitar nuestro país quedan prendados de México, y si es que conoces a alguno, siempre escucharás de ellos el: “Adoro que en tierras mexicanas siempre haya algo qué probar.”
Tampoco es necesario conocer alguien de una nacionalidad distinta para reconocer que a donde quiera que vayamos, habrá comida. Es verdad, los mexicanos AMAMOS comer. Ya sea que se nos antojó un elote con “harta mayonesa y chile”, una torta de tamal antes de llegar a la oficina o… unos chicharrones preparados para ese “¿y la dieta?”.
Sí, nunca nos hacemos de “la boca chiquita” y le entramos a todo. Y porque nunca es demasiado (y mucho menos en este mes patrio), tenemos para ti el siguiente menú mexicano para que celebres el Día de la Independencia, como se debe.
Entrada: Guacamole
Prepara las tortillas para esta delicia hecha con aguacate, chile verde, jugo de limón, cebolla, cilantro y sal. ¿Sabías que esta salsa es tan antigua como el uso del maíz en la gastronomía mexicana? Los aztecas recolectaban aguacates para preparar un tipo de “mole”, ello dio origen a su nombre: del náhuatl “ahuacamolli” que viene de ahuacatl (aguacate) y molli (mole). RECOMENDACIÓN: Es mucho más sabroso y divertido hacerlo en un molcajete usando ambas manos para mezclar y triturar los ingredientes.
Primer tiempo: Sopa tarasca.
Seamos sinceros, nunca hemos logrado comer “ligero”, siempre queremos más y más, por ello nuestra gastronomía es tan variada y tan abundante. Por eso, te presentamos esta riquísima sopa michoacana, realizada con crema de frijol, chile ancho, jitomate, queso fresco y tortillas fritas en tiras. ¡Definitivamente debes probarla!
Plato fuerte
Para esta propuesta, no sólo tenemos una (como es de esperarse). Así que comencemos con el típico de todas las fiestas patrias: El pozole. Su nombre, significa “espuma” debido a los granos de maíz que contiene. Al igual que el guacamole, sus orígenes se remontan a nuestros ancestros, los aztecas consideraban sagrado a este platillo. ¿Sagrado? ¡Sí! Sólo los sacerdotes y los nobles aztecas podían comer pozole, la carne que contenía era de humano ofrendada al dios Xipe Tótec (Dios de la primavera en una plegaria por el éxito en las cosechas). Con la llegada de los españoles, la carne fue remplazada por pollo y cerdo.
Como segunda propuesta te presentamos a: los chiles en nogada. Originarios del estado de Puebla, ¡imprescindibles en estas fechas! Se dice que en 1821 tras la conclusión de la Independencia de México, un grupo de monjas agustinas del Convento de Santa Mónica decidieron crear este platillo con los tres colores de la bandera del Ejército Trigarante, para celebrar el triunfo y el santo de Agustín de Iturbide. ¿Así o más patrióticos los Chiles en Nogada?
En tercer lugar se encuentra uno de los platillos más típicos en muchas fiestas familiares: El mole. Éste es el favorito de muchos mexicanos por lo que existen varios tipos de mole según la región.
Es también un platillo prehispánico, su nombre viene del náhuatl molli (mole). Sin embargo el mole que hoy conocemos surgió en Puebla en el Convento de Santa Rosa, cuando una monja combinó diferentes chiles y condimentos a la receta original. Se dice que es uno de los más completos en cuanto a su preparación ya que se ha llegado a utilizar hasta 100 ingredientes, entre ellos el cacao y la piña.
Postre: Chongos zamoranos.
Llamado así por el lugar donde fueron creados: Zamora de Hidalgo en Michoacán. Existen varias teorías sobre su creación, sin embargo se cree que en algún monasterio de la región, fueron elaborados por monjes que se dedicaban a hacer nuevas recetas experimentando con ingredientes europeos y prehispánicos. A pesar de que su apariencia no es tan apetitosa, los Chongos zamoranos son uno de los postres típicos de la gastronomía mexicana, combinando el sabor de la leche con el de la vainilla y la canela, de una forma maestra
Bebida: El pulque
Esta bebida no es para todos, dado que su textura es un tanto viscosa, sin embargo nunca ha sido “apta para todo público”. Desde su origen fue considerada “la bebida de los dioses” ya que al igual que el pozole, solamente se le permitía beberla a sacerdotes y nobles.
Esta bebida tiene un sabor peculiar proveniente de la fermentación del aguamiel del agave o bien, del “maguey pulquero”. Con el paso del tiempo se le han aumentado diferentes sabores, dándole vida al famoso: curado.
Si bien, nuestro país es mega diverso en todos los aspectos, esta es una de las razones por las que los mexicanos estamos “llenitos de mucho amor”. Conquistamos al mundo con “la panza”, así que… ¡disfrutemos estas fiestas patrias con los mejores sabores de nuestro “México lindo y querido”!