En 2013, señala ONU mujeres, la relación entre hombres con empleo y población se ubicó en un 72.2 %, mientras que en mujeres fue del 47.1 %,[1] un indicador de desigualdad en la participación de las mujeres en el mercado de trabajo con respecto a la de los hombres.
De acuerdo con la experta Maricarmen Méndez, directora de Recursos Humanos en MSD México, para que una empresa sea realmente inclusiva, deben existir prácticas y programas que promueven y facilitan la vida de las mujeres y hombres en la empresa, como lo son:
1. Visualizar el beneficio que trae la diversidad e inclusión: Lo primero es ser conscientes de los beneficios que trae a las empresas ser abiertas a la diversidad. Por ejemplo, en MSD México, se han adoptado prácticas de inclusión en todas sus formas, desde género hasta preferencia sexual; el beneficio de la diversidad es que siempre se suman diferentes puntos de vista, que aportan ideas interesantes a la cultura organizacional.
2. Implementar políticas corporativas: Se deben implementar programas y políticas empresariales que promuevan la diversidad de género dentro de su personal. Estos deben tener injerencia desde la contratación de nuevo talento, hasta el hecho de que las mujeres sean candidatas a puestos directivos.
3. Brindar herramientas para mejorar el posicionamiento: Una empresa inclusiva debe impulsar las habilidades y conocimientos de sus colaboradores, esto puede ser a través de programas que les provean las herramientas necesarias. En MSD se cuenta con un programa a nivel Latinoamérica, llamado WomenList, en el que un grupo de mujeres acuden a una reunión de tres días donde se les brindan herramientas para mejorar su posicionamiento como ejecutivas, el programa ha generado que un 10% de quienes asistieron han sido promovidas.
4. Marcar la diferencia: De nada sirve que una empresa sea abierta a la diversidad e inclusión si no se sabe capitalizar. A pesar de actualmente hay modificaciones en la ley de equidad de género que promueven la inclusión de la mujer en el ámbito laboral, cada mujer debe comenzar a posicionarse y diferenciarse ante sus jefes y compañeros por sus resultados y habilidades.
5. Aprender a negociar: Todas las empresas buscan la equidad; sin embargo, el género femenino debe estar lista para la apertura y comenzar a tomar riesgos, a decir lo que se quiere, y ser mejor negociadora de sí misma. Que no te de miedo decir: ¡Yo quiero ese puesto!
De acuerdo con la experta, lo más importante es que la inclusión que promueven las empresas e instituciones, no se quede nada más en contratar a las personas, sino que sus ideas, su voz y opinión sean tomadas en cuenta dentro de la práctica, a lo cual se le llama conductas inclusivas, y es lo hace que una empresa sea realmente abierta a la inclusión de la equidad de género.