El cáncer es la tercera causa de muerte en México, con 12% de todas las defunciones. Las principales neoplasias son: cáncer de pulmón, mama, colorrectal, próstata y estómago. Además, cada año se estiman 148 mil nuevos casos (65.5 mil en hombres y 82.4 mil en mujeres).
Frente a este panorama, la investigación que se lleve a cabo es fundamental para cada vez más, lograr un mejor manejo de esta enfermedad en nuestro país. En los últimos años, la investigación ha permitido identificar la existencia de factores ambientales y genéticos que propician la aparición del cáncer. Sin embargo, la mayoría de los casos están directamente relacionados con estilos de vida no saludables, como el tabaquismo, el alcoholismo y la inactividad física.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 30 y 50 por ciento de los cánceres se pueden evitar y para ello, es necesario reducir los factores de riesgo y aplicar estrategias preventivas con base científica.
Estos hábitos podrían ocasionar cáncer:
- Tabaquismo. Fumar es el factor de riesgo evitable que por sí solo provoca más muertes por cáncer en todo el mundo (aproximadamente el 22% de las muertes anuales por esa causa). En 2004 se atribuyeron al tabaquismo 1,6 millones de los 7,4 millones de muertes por cáncer.
El humo del tabaco provoca muchos tipos de cáncer distintos, como los de pulmón, esófago, laringe (cuerdas vocales), boca, garganta, riñón, vejiga, páncreas, estómago y cuello del útero. Alrededor del 70% de la carga de cáncer de pulmón puede atribuirse al tabaquismo como única causa.
- Mala alimentación: Existe un nexo entre el sobrepeso y la obesidad -por un lado-, y algunos tipos de cáncer, como el de esófago, colon y recto, mama, endometrio y riñón. Las dietas ricas en frutas y hortalizas pueden tener un efecto de protección contra muchos tipos de cáncer.
Por el contrario, el consumo excesivo de carnes rojas y en conserva puede estar asociado a un mayor riesgo de contraer cáncer colorrectal. Además, unos hábitos alimentarios saludables que previenen el desarrollo de tipos de cáncer asociados al régimen alimentario contribuyen también a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Consumo de alcohol: El consumo de alcohol es un factor de riesgo para muchos tipos de cáncer, como los de boca, faringe, laringe, esófago, hígado, mama, colon y recto. El riesgo de cáncer aumenta con la cantidad de alcohol consumida. El riesgo que supone beber en exceso para varios tipos de cáncer (como los de la cavidad bucal, faringe, laringe y esófago) aumenta notablemente si el bebedor también es un fumador.
La fracción atribuible al alcohol en el caso de determinados tipos de cáncer relacionados con su consumo varía según se trate de hombres o mujeres, sobre todo por las diferencias en el nivel medio de consumo.
- Falta de actividad física: Una actividad física regular y el mantenimiento de un peso corporal saludable, junto a una dieta sana, reducirán considerablemente el riesgo de contraer cáncer. Deberían ponerse en práctica políticas y programas nacionales para promover una mayor conciencia y reducir la exposición a los factores de riesgo, y para asegurarse de que las personas reciban la información y el apoyo que necesitan para adoptar estilos de vida saludables.
Es importante destacar que se puede reducir el riesgo de padecer cáncer con decisiones saludables como: evitar el tabaquismo, limitar la cantidad de alcohol que se consume y proteger la piel del sol; así como pruebas de detección regulares y vacunas contra las principales infecciones que pueden derivar en este mal.