¿Cuántas veces no hemos escuchado que, cuando alguien tiene diabetes basta sólo con cuidar sus niveles de glucosa para que todo marche de maravilla? Si bien es cierto que hay que monitorearlos constantemente y tenerlos dentro de los parámetros indicados por el médico, también es importante revisar y cuidar otros factores que, normalmente, pasan desapercibidos. A continuación, te acercamos los mitos más comunes alrededor del padecimiento para que estés al tanto de qué otras cosas debes de tomar en cuenta para tu próxima revisión médica:
-No tengo molestias y eso quiere decir que estoy bien.- La enfermedad renal crónica y las enfermedades cardiovasculares son de las complicaciones más comunes. A pesar de tener un excelente control glucémico y según la Organización Panamericana de la Salud, los adultos con diabetes tienen un riesgo dos o tres veces mayor de sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Además, la diabetes es una de las principales causas de insuficiencia renal. En ambos casos, pueden no existir síntomas de alerta sino hasta sus etapas avanzadas. Por ejemplo, según datos del Instituto Nacional de Salud Pública, en 2020 se estimó que alrededor de 6.2 millones de mexicanos con el padecimiento tenían insuficiencia renal en sus distintas etapas, sin que necesariamente todos ellos supieran que la padecían.
– No es una enfermedad “tan grave”. -Desde hace algunos años, se ha posicionado como una de las principales causas de muerte; no sólo en nuestro país, sino a nivel mundial. De acuerdo con datos del INEGI, en 2020 fallecieron 151,019 personas a causa de la enfermedad, lo cual equivale a 14% del total de defunciones ocurridas en el país. Así, la tasa de mortalidad por diabetes para 2020 fue de 11.95 personas por cada 10 mil habitantes, la cifra más alta en los últimos 10 años.
-El uso de medicamentos para controlar la glucosa en pacientes y el ejercicio sustituyen el cuidado de la alimentación.- El tratamiento prescrito por el médico, una rutina de ejercicio y la alimentación trabajan en conjunto para controlar los niveles de glucosa en sangre. Uno no sustituye al otro. No existe una “dieta para diabéticos”, sino una serie de recomendaciones emitidas por un profesional de la salud que permiten individualizar el plan alimenticio de cada paciente en función de sus características.
– Es azúcar en la sangre y no puede dañar otra cosa en mi cuerpo.- Además del corazón y los riñones, puede provocar daño a los ojos, nervios y pies. Por lo mismo, se recomienda hacer periódicamente un chequeo integral en donde no sólo participe el médico tratante sino un equipo de especialistas, como nefrólogos, cardiólogos y oftalmólogos.
-La enfermedad es contagiosa.- La tipo 2 es la forma más común en las personas adultas y obedece a diversos elementos llamados factores de riesgo que predisponen a desarrollar este padecimiento. Muchos de estos factores se repiten en familiares y personas cercanas, eso hace que la enfermedad se repita con mucha frecuencia en tu entorno, pero de ninguna manera se trata de un contagio. Si tienes un familiar cercano con el padecimiento debes platicar con tu médico sobre el riesgo que tienes de padecerla y cómo cuidarte.
-“Una vez que me diagnosticaron diabetes, no hay manera de que mi vida sea la misma, prefiero vivir sin preocupaciones lo que me quede de vida”.- Esta idea es un grave error. Sí es posible tener una muy buena calidad de vida, aún diagnosticado con diabetes; todo se trata de un seguimiento médico adecuado para prevenir complicaciones, actividad física recurrente, así como un estilo de vida equilibrado para lograr comer de todo, incluso postres. Tu médico te puede orientar sobre cómo lograrlo.