El regreso a clases representa una de las fechas más altas en cuanto a consumo y gastos se refiere. De hecho, ninguna de las celebraciones del primer semestre (día del amor y la amistad, día de la madres o semana santa) registra una derrama económica tan alta como la compra de útiles escolares que, de acuerdo con datos de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), incrementa con cada nuevo ciclo escolar.
Para muchas madres de familia significa un desequilibrio importante en sus finanzas, viéndose orillados a utilizar tarjetas de crédito, vender pertenencias o conseguir un préstamo, del que les puede tomar en promedio entre 4 y 8 meses recuperarse.
Rodrigo Iñiguez, director comercial de distribución independiente de Skandia México, indicó que ante la combinación de los factores antes mencionados es conveniente planificar y poner en práctica acciones que involucren a todos los miembros de la familia, más aún, si no se ahorró con antelación, para evitar que impacte lo menos posible en las finanzas.
Para ello, Skandia aconseja:
1. Juntos evalúen qué materiales se pueden re-utilizar.
2. Involúcralos en las compras, a fin de que dimensionen cuántas cosas son necesarias, lo importante de comparar precios y lo que representa.
3. No accedas a comprar cosas caras o innecesarias por capricho. Poner ejemplos sencillos del valor o hacer negociaciones puede ser una estrategia útil, como: “esta mochila es muy cara, equivale a lo que recibes como gasto para el recreo de 7 semanas. Si la compramos, no recibirás dinero durante ese periodo.”
4. Una vez que se adquieran todos los útiles, revisen juntos los materiales adquiridos y tengan una plática sobre la importancia que representan y, que de perderlos habrá que incurrir nuevamente en gastos.
5. Cada vez que pierda algo, retira por algunos días su asignación de la semana para reponerlo. Los niños necesitan saber que, independientemente de si los materiales son o no de caros, hay que cuidarlos y utilizarlos bien.
6. Si antes no han hecho dinámicas similares, sé paciente. Aprender a cuidar las cosas, así como ahorrar, es un hábito que se construye con la práctica.
Si hoy un niño comienza a ser consciente de lo que cuestan las cosas, comienza a ahorrar mensualmente de manera constante y en pequeñas cantidades, a la larga puede ser un adulto responsable, que invierte y que sabe prever para su futuro.