Desde el mar

La tradición de la gastronomía japonesa, mediterránea y mexicana, se recrean en una fresca propuesta que resalta el sabor de los pescados y mariscos. El menú integra cinco o seis platos fuertes o representativos, siguiendo la tradición de los restaurantes españoles e italianos, al igual  que las cantinas mexicanas, en las que no existe una carta.

La visión de Federico  Rigoletti logró concebir Puntarena, un espacio para dar gusto a los más exigentes paladares de México.

 

El restaurante ofrece una experiencia culinaria que trasciende por sus ambientes únicos y desenfadados, con el platillo al centro, como pretexto memorable para compartir.

Su esencia devela varias propuestas y conceptos gastronómicos en los que los ingredientes destacan por sí mismos, el centro de los platillos es la frescura del producto y la relación fundada en la visión culinaria de Rigoletti: una cocina guiada por las emociones, la memoria, centrada en consentir al cliente con una experiencia sofisticada, pero familiar en la que comer es un ritual para compartir mucho más que los alimentos, se trata de un momento inolvidable del buen comer.

 

 

Signo de identidad

En Puntarena se crea un ambiente que permite a los comensales relajarse y sentirse tan cómodos como en su propia casa y esa actitud es parte del ADN del restaurante.

En sus entornos distendidos, resultado de la creatividad y del gusto por las atmósferas sencillas, el compartir la mesa, deleitarse con un platillo o refrescarse con un coctel, se convierten en una auténtica celebración en Puntarena al poniente de la ciudad. Sus espacios tienen en común una cuidada selección de materiales, colores, texturas y elementos decorativos que logran cautivar a los visitantes, compartiéndoles una estética que siempre está en sintonía con el entorno urbano.

Lo más emblemático:

-Hamburguesa de atún.

-Tiradito de huachinango.

-Atún con mantequilla y soya.

-Camarones Puntarena.

-Chesscake cantinero.