Cada vino es una historia embotellada. En el libro Los Buenos Vinos en la historia (Resonancia, México 2019) el escritor Pedro Escobar descorcha los de 25 personajes que han dejado huella a su paso por el mundo.
¿Qué tipo de uva cultivó Miguel de Cervantes?¿Por qué la reconstrucción de Lisboa se le debe al Porto? ¿Dónde estaban los viñedos de Hernán Cortés? ¿Quién fue el primer sommelier del papa? ¿Qué tipo de vino tomó Jesucristo? ¿Cuál era el vino favorito del emperador Maximiliano de Habsburgo? Todas esas preguntas tienen respuesta en un libro en el que el vino es el hilo conductor en un viaje a través de 148 páginas llenas de anécdotas, datos curiosos y mucha historia vitivinícola.
A través de un exhaustivo trabajo de investigación debidamente sustentado en fuentes bibliográficas y entrevistas personales, el autor nos lleva a conocer los vinos los poderosos: Alejandro Magno, Adolfo Hitler, José Stalin y Donald Trump. Los vinos de líderes, como el Marqués de Pombal, Louis Pasteur, Don Melchor de Concha y Toro, Hernán Cortés, Miguel Hidalgo y Costilla y Maximiliano de Habsburgo. También se describen los vinos de escritores como: Miguel de Cervantes Saavedra, Ernest Hemingway, Shin y Yuko Kobayashi y Robert Parker, así como los vinos de las estrellas: Sting, Maynard James Keenan, Luis Miguel, Eddie Vedder y Andrés Iniesta.
También tienen un espacio algunas de las muchas mujeres que han dejado huella en el desarrollo de la vitivinicultura. En el apartado dedicado a los vinos de las damas, pueden leerse las historias de Antonia Ferreira «La Ferreirinha», Isabelle Simi y la mexicana Laura Zamora. Finalmente, se explora la relación entre el vino y los líderes espirituales en el apartado dedicado a los vinos de los religiosos, en el que se cuenta la historia de los vinos de: Jesucristo, Sante Lancerio y Fray Junípero Serra.
«Para disfrutar del vino no se necesita ser un experto en el tema, pero definitivamente se aprecia más en la medida que se enriquecen los conocimientos. Quienes sienten un genuino interés por este prodigio del ingenio humano, leer sobre su historia quizá sea el único placer comparado a beberlo de una copa. Ernest Hemingway alguna vez escribió que: “El conocimiento del vino y la educación del paladar pueden ser fuente de grandes alegrías durante una vida entera” y es que la historia vinícola es tan rica y tan compleja como la civilización misma.».